Ni contigo, ni sin tí

love, forever
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Ella era luz; ella era como un día caluroso de verano; ella era aire fresco; ella era la brisa marina en un día de calor; ella era un torbellino. Ella era contradicción.


Él era una tarde fría y relajada de otoño; él era un apacible mar de una tarde de verano; él era el silencio al amanecer; él era toda sensatez.


Juntos,  eran la perfecta armonía. Juntos eran el balance. Juntos eran un pequeño dúo tocando al compás las más dulces melodías. Juntos eran monotonía.


-He de marchar, quiero libertad.

-No te vayas. No te alejes.

-Déjame ir, déjame en libertad, 

-Suéltame y quizás vuelva. O quizás no.

-No podré soportarlo.

-Vamos a intentarlo.


Ambos tomaron caminos diferentes.

Ella perdió brillo; ella perdió el fuego; ella se torno gris.

Él recuperó el calor. Él encontró su luz. Él recuperó la calidez de una tarde fría al lado de un fuego caliente y una buena taza de café.


Separados eran complejidad; separados eran discordancia; separados estaban perdidos; separados se habían encontrado. Separados no podían ser; separados estaban ausentes. Separados eran libres.


Juntos eran armonía. Juntos eran cadencia. Juntos eran la perfecta sintonía. Juntos eran monotonía. Juntos estaban cautivos.


Claudia H. Herrera


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